La cadena alimentaria es un imperativo social y debe ser segura en todas las circunstancias. Por lo tanto, la empresa se organizó
muy rápidamente para garantizar su servicio a los agricultores y empresarios sin perjuicio de las restricciones vigentes.
Los servicios JOSKIN siguen siendo funcionales
«Minimizar los riesgos y asegurar la protección de nuestros trabajadores es nuestra prioridad número uno», explica Didier Joskin,
administrador delegado del Grupo. «Hemos adaptado enseguida nuestra organización de trabajo. Siempre que es posible, un máximo
de trabajadores trabaja a distancia para reducir al máximo todos los contactos, pero se garantiza una presencia permanente en
nuestro sitio de forma rotativa. Sin embargo, nuestros sitios están cerrados para cualquier persona externa: todos nuestros servicios
siguen funcionando en la medida de lo posible, pero a distancia.»
Por lo tanto, las solicitudes de recambios están plenamente satisfechas. JOSKIN, que produce el 85 % de sus componentes,
cuenta con un stock estratégico: «Efectuar reparaciones en caso de rotura y desgaste o el simple mantenimiento siempre han sido
una prioridad. Este servicio debe mantenerse a toda costa, aunque tenga que adaptarse: sus operadores siguen estrictamente las
reglas de distanciamiento social impuestas, pero el servicio mostrador está cerrado; ahora sólo operamos enviando paquetes. Afortunadamente,
desde hace más de dos años, nuestros clientes se han acostumbrado a las herramientas en línea para determinar las
referencias de piezas deseadas y pedirlas. Con nuestro stock estratégico, esperamos poder garantizar el servicio de recambios durante
la crisis», sigue Didier Joskin.
Un suministro difícil
En cuanto a las máquinas, JOSKIN hace todo lo posible para cumplir con los pedidos urgentes. El trabajo estacional no puede
esperar hasta el final de la pandemia: los agricultores necesitan un equipo adecuado para trabajar de manera eficiente. «Todos
nuestros sitios de producción están funcionando, con algunos ajustes», explica Didier Joskin. «Las líneas de producción se han adaptado
a las reglas de distanciamiento social y los horarios se han ajustado caso por caso para que el personal pueda conciliar, en la
medida de lo posible, la vida laboral y familiar debido al confinamiento.»
Sin embargo, la dirección del Grupo desea ser transparente: «En esta situación de fuerza mayor, los retrasos son inevitables, tanto
para nuestras marcas JOSKIN y Leboulch como para los productos distribuidos por DistriTECH. Toda la producción se ralentiza debido
a la organización del trabajo con personal reducido y a problemas de suministro. Nuestras propias existencias de componentes palian
una parte del problema, pero para algunos suministros externos están empezando las demoras. Dependiendo del país, algunas empresas
funcionan al ralentí, otras ya han tenido que cerrar...» Todo el mundo debe tener paciencia, sobre todo porque también hay
dificultades logísticas. «Las condiciones de transporte son cada vez más complicadas: tanto para la entrega de nuestras máquinas
como para el suministro de los sitios de producción, nuestros conductores se enfrentan ahora a nuevas limitaciones que afectan a
nuestra organización del trabajo», precisa Didier Joskin.
Una evaluación diaria
«En la medida de lo posible, continuaremos con las entregas, garantiza Didier Joskin. El futuro es incierto, pero nos esforzaremos
por asegurar la continuidad de nuestros servicios, incluso en caso de restricciones mayores. En cuanto a la producción, evaluamos de
nuevo la situación cada día para garantizar la máxima protección de nuestro personal. En caso de una modificación de importancia
mayor, informaremos a nuestros clientes inmediatamente», continúa, antes de concluir: «¡Pase lo que pase, queremos asegurar a
nuestros clientes que no les vamos a abandonar! Pero, sobre todo, en estas circunstancias, cada uno debe seguir cuidando de sí mismo
y de sus seres queridos.»